Dicha declaración afloró en vísperas de la votación de los países miembros de la Unión Europea (UE) sobre el tema.
Zipse argumentó que la prosperidad de Alemania depende de la apertura de los mercados y del libre comercio.
Asimismo, opinó que los aranceles adicionales perjudicarían a las empresas alemanas activas a nivel mundial y podrían provocar un conflicto comercial que, en última instancia, solo conoce perdedores.
Tras investigar las subvenciones a los coches eléctricos chinos por una posible distorsión de la competencia, la Comisión Europea (CE) propuso establecer aranceles punitivos de hasta el 36 por ciento. Sin embargo, la decisión final corresponde ahora a los 27 Estados miembros.
Según la asociación industrial VDA, la industria automotriz alemana exportó el año pasado a China vehículos y piezas por valor de 26 mil 300 millones de euros, mientras que desde ek pais asiático se importaron coches y componentes por valor de seis mil 800 millones de euros.
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