Dicha sustancia, utilizada en la producción de estos equipos, resulta tóxica pues puede causar problemas de salud tanto en humanos como en animales; además, contribuye a la contaminación ambiental si las lámparas se desechan de manera incorrecta, sobre todo si están rotas.
Una conferencia internacional sobre el uso del mercurio, realizada el año pasado, logró prohibir la producción, exportación e importación de lámparas fluorescentes que contengan ese elemento tóxico para 2027, y el gigante japonés de la electrónica finalmente decidió pronunciarse en correspondencia con la normativa.
Panasonic comenzó a vender tubos de luz fluorescente en 1951, cuando la economía de Japón estaba en época de ampliación.
La creciente popularidad de las bombillas LED, con una vida útil prolongada y gran eficiencia energética, golpeó la producción; de hecho la condujo a una disminución gradual.
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