En conferencia de prensa, el ministro de Salud en funciones, Firas Al-Abyad, lamentó el fallecimiento de 127 niños y 261 mujeres, además de denunciar la expansión de los crímenes israelíes desde hace aproximadamente una semana.
La autoridad sanitaria subrayó que Israel viola todas las leyes y ataca a los civiles y a quienes intentan rescatar a los heridos con la falsa narrativa de la existencia de armas.
Al-Abyad instó a la comunidad internacional a asumir todas sus responsabilidades y advirtió que su silencio los hace cómplices en el crimen israelí.
De acuerdo con el titular de Salud, nueve hospitales fueron blanco de ataques israelíes, así como 45 centros médicos y 128 vehículos y unidades, mientras 97 miembros del personal sanitario y de emergencias resultaron asesinados en los bombardeos.
En la jornada, el Ministerio anunció que el número de muertos por la agresión israelí en la zona de Al-Bashoura aumentó a nueve y 14 lesionados, mientras continúan las labores de rescate.
Desde buques de guerra y cazas, Israel pulverizó por mar y aire edificios residenciales en el suburbio sur de Beirut y varias regiones del sur y en el Valle de la Bekaa al noreste, además de lanzar municiones de fósforo, prohibidos internacionalmente.
Hoy, los aviones israelíes apuntaron a las localidades de Khiam, Bint Jbeil y Qunine en el sur, y en el noreste atacaron Hermel, en el valle de Hanna, en la frontera sirio-libanesa, y en Al-Ma’aysra en Futouh Kesrouan.
Las fuerzas de Tel Aviv bombardearon las zonas de Hadath, Haret Hreik y Ghobeiry y la oficina de relaciones mediáticas de la Resistencia de Líbano (Hizbulah) en Maawad, en el suburbio sur de Beirut.
En medio de esta hostilidad, Hizbulah frenó los intentos de las fuerzas enemigas de cruzar tierra libanesa y no detuvo el lanzamiento de misiles, drones y proyectiles contra sitios militares y asentamientos, en medio de un estricto encubrimiento israelí sobre las pérdidas humanas y materiales.
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