La Fiscalía apenas solicitó entre seis y siete meses de prisión, pero el juez Vincent Hoong consideró la petición manifiestamente inadecuada para alguien que abusó de su posición de poder con tal de obtener regalos.
El 24 de septiembre Iswaran se declaró culpable de delitos de corrupción por aceptar sobornos del empresario que llevó al país el Gran Premio de Fórmula Uno.
Singapur tiene una ley que prohíbe a los funcionarios adquirir artículos de valor de alguien relacionado con ellos en una función oficial e Iswaran reconoció, ante el Tribunal Supremo, cuatro delitos que infringen dicha normativa.
Además, durante el primer juicio por corrupción contra un alto cargo político de este país en casi medio siglo, admitió el cargo de obstrucción de la justicia.
Sin embargo, hizo comentarios en público en los cuales calificó de falsas las acusaciones y el magistrado declaró, durante la lectura de sentencia este jueves, que enfrentó dificultades para creer en el arrepentimiento manifiesto por Iswaran en el juicio.
Los obsequios aceptados por el exministro incluyen botellas de whisky, vuelos internacionales, estancias en hoteles, así como entradas para el teatro, partidos de fútbol y el Gran Premio de Fórmula Uno, entre otros.
Iswaran, de 62 años de edad, tiene una larga carrera política pues estuvo al frente de varias carteras ministeriales desde 2011 y, en enero de este año, anunció que dimitía del cargo de ministro de Transporte para dedicarse a limpiar su imagen en lo adelante.
La declaración de culpable contradijo lo expuesto por él durante meses y aunque devolvió al Estado 380 mil dólares singapurenses, equivalentes a 294 mil dólares estadounidenses, y varios de los objetos que recibió, la sentencia ratificó la gravedad de la violación de la ley de este país.
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