Los ministros determinarán si conservan o revocan una orden emitida en enero último por el juez Gilmar Mendes, quien readmitió a Rodríguez en la jefatura de la CBF, al argumentar que su cese podría provocar perjuicios considerables al fútbol nacional.
Mendes, del STF, entendió en la oportunidad que la separación «podría causar daños graves e irreparables a la colectividad, ya que la FIFA no reconoce el interventor nombrado por el TJ-RJ (Tribunal de Justicia de Río de Janeiro) como representante legítimo de la entidad».
En aquel momento, la selección brasileña podría quedar fuera del torneo pre-olímpico, fundamental para la clasificación a las Olimpiadas de París-2024.
Según la alegación del Partido Comunista de Brasil, la inscripción de la delegación en el concurso no sería aceptada, pues los actos de un presidente interino de la CBF no serían reconocidos por la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) y la Confederación Sudamericana de la disciplina (Conmebol).
Con la orden expedida, Rodrigues volvió a la CBF y Brasil fue inscrito.
Sin embargo, la selección terminó eliminada en el pre-olímpico, haciendo que el gigante sudamericano no tuviera representante en la modalidad masculina de la competición.
El dirigente deportivo fue destituido en 2017 por decisión del TJ-RJ, que alegó irregularidades relacionadas con un acuerdo de ajuste de conducta firmado por la CBF con el Ministerio Público de ese estado, sin que el órgano tuviera competencia para ello.
Con esto, el compromiso y la elección que optó por Rodrigues fueron anulados y el cabecilla de la CBF volvió al poder en 2022 hasta el juicio que, por fin, debe tener lugar ahora.
En el debate de este jueves, el contador y político brasileño, de 70 años, descubrirá si seguirá o no al mando de la CBF.
Si resulta destituido, la entidad tendrá que concertar una nueva elección para la presidencia en los próximos 30 días.
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