El pacto sobre ese territorio, cuya colonización hace medio siglo provocó el desplazamiento de toda la población de las islas, contempla también la garantía de las operaciones en la base de Estados Unidos en Diego García, de importancia estratégica.
Los primeros ministros de Reino Unido y Mauricio, Keir Starmer y Pravind Jugnauth, respectivamente, emitieron un comunicado conjunto donde confirman este acuerdo político para el ejercicio de la soberanía sobre el archipiélago de Chagos.
El anuncio llega más de cinco años después de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) fallara que Londres debía poner fin «lo más rápidamente posible» a su administración del territorio.
El texto conjunto refiere que «este es un momento decisivo en nuestra relación y una demostración de nuestro compromiso permanente con una solución pacífica de las controversias y el Estado de derecho».
De acuerdo con el documento, las negociaciones tuvieron lugar en un ambiente «constructivo y respetuoso», «como dos Estados soberanos en pie de igualdad», fundamentadas en el Derecho Internacional y con el objetivo de «resolver todas las cuestiones pendientes (…)».
Ello incluye las relativas a sus antiguos habitantes, expulsados a la fuerza tras la decisión británica de separar ambos territorios en 1965 a cambio de la independencia del país africano, materializada en 1968.
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