Con las represas al tope, Uruguay recuperó su potencial hidroeléctrico y la capacidad para suplir al país vecino, consolidado como el principal cliente para la Administración Nacional de Usinas y Transmisiones Eléctricas, la estatal UTE.
Hasta setiembre las ventas a la región sumaron 104 millones de dólares, de los cuales 95 millones corresponden a colocaciones en Argentina y el resto a Brasil.
A diferencia de años anteriores, Argentina está al día y ha saldado todo lo comprado hasta la fecha, según aseguró El Observador.
Las importaciones de electricidad desde Uruguay continuarán en los próximos meses, según el plan de contingencia argentino para evitar cortes en el servicio eléctrico durante el verano, cuando crece el consumo por las altas temperaturas.
Actualmente Uruguay realiza de forma diaria ofertas de bloques de energía a Argentina y Brasil, que toman o no en la medida que les resulte conveniente para optimizar sus sistemas en momentos puntuales.
En lo que va del año el 50,5 por ciento de la demanda de energía en Uruguay fue abastecida con fuente hidráulica. Se completa con eólica (32,8 por ciento), biomasa (12,7), solar (2,8) y energía térmica (1,2 por ciento).
Uruguay anda en su segunda etapa de transición energética, con énfasis en la descarbonización de la economía y conseguir mayor eficiencia, además del impulso a la movilidad eléctrica.
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