La cartera tomó la decisión a raíz del más reciente susto en el aeródromo de Miyazaki, donde el pasado miércoles explotó un proyectil de fabricación estadounidense, de la época de esa contienda bélica, en una pista de aterrizaje, segundos después del despegue de un avión repleto de pasajeros.
El hecho obligó a evacuar las instalaciones y cancelar 66 vuelos, aunque nadie sufrió heridas, pero el impacto produjo un agujero de unos siete metros de diámetro y un metro de profundidad en la vía que conduce a la pista de aterrizaje, también esparció fragmentos de pavimento en un radio de aproximadamente 200 metros.
Según explicó la cadena pública estatal japonesa NHK, las instalaciones de los aeropuertos de Miyazaki y Naha fueron construidos en áreas donde se levantaban bases aéreas de la extinta Armada Imperial de Japón, en el período de la Segunda Guerra Mundial. Por esa época, eran sitios bombardeados con frecuencia por el Ejército de Estados Unidos.
Estos aeródromos no son únicos, en el país hay varias zonas militares similares que después de la contienda bélica se convirtieron en instalaciones civiles para el servicio aéreo.
La cartera tendrá que valorar si extiende las investigaciones a más lugares.
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