A sus 38 años de edad, el bateador activo nacido en la mayor isla del Caribe que más cuadrangulares ha conectado en su carrera deportiva, aseguró a Prensa Latina sentirse muy bien para ayudar al equipo mientras la forma física lo permita.
«Hasta ahora gracias a Dios no he tenido lesiones. Estoy trabajando al 100 por ciento, haciendo todo lo que me indican los entrenadores y veremos hasta cuándo podré seguir», le dijo a la agencia el toletero que durante su desempeño en 10 temporadas en la Liga Japonesa despachó 184 vuelacercas.
Despaigne, quien además ha desaparecido 284 pelotas en sus 16 campañas en Cuba, está muy bien de salud después de incorporarse hace más de una semana a los entrenamientos de la preselección nacional y confesó estar aún a un 70 por ciento de su capacidad.
«Ser un líder dentro del equipo es un poco difícil porque hay muchachos jóvenes que prácticamente los conocí acá y también me pasé muchos años sin estar en una preselección», confesó.
«Siempre iba desde Japón directo a la competencia y eso me afectaba un poco el rendimiento. Ahora estoy muy contento, me llevo bien con todos, voy a seguir apoyando al equipo que es lo fundamental, crear una buena armonía para que vayan contentos y lograr el objetivo», agregó el slugger.
Con respecto a la diferencia entre el sistema de entrenamiento que se diseña en Cuba y el de la Tierra del Sol Naciente, Despaigne dijo que con su experiencia se adapta rápido porque lo había hecho antes y se siente más cómodo al estar con sus compañeros.
El pelotero, dueño del récord de bambinazos para una contienda en los torneos domésticos con 36, es una voz autorizada dentro del grupo de atletas convocados en el capitalino estadio Latinoamericano, pero como buen profesional conoce sus límites.
«Hablo y le doy muchos consejos a los más jóvenes, pero nunca paso al nivel de los entrenadores porque todavía soy atleta y no me corresponde. Ellos me respetan y yo los respeto a ellos también porque tienen excelente calidad», acotó.
Sin embargo, su conocimiento del béisbol japonés, donde fue líder en jonrones e impulsadas en 2017, elegido dos veces miembro del equipo ideal y en tres ocasiones seleccionado para el Juego de las Estrellas, será muy útil para los entrenadores y atletas que lleguen a integrar el conjunto antillano.
«Todos esos años que estuve allá me resultan muy útiles ahora porque conozco unos cuantos peloteros asiáticos y les puedo transmitir a nuestros jugadores mis experiencias», aseguró. «Aunque existen especialistas que hacen ese trabajo es importante que yo los alerte sobre determinado jugador y tengan una idea de cerca de cómo se comportan en el terreno», agregó.
Posible bateador designado en esa justa, Despaigne también se prepara en los jardines porque según sus palabras nadie sabe lo que pueda ocurrir en la competencia y tiene que estar listo para jugar alli «en donde sea».
Optimista, el también medallista de plata en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y titular de la Serie del Caribe del 2015, enfatizó que están entrenando muy fuerte, que existe mucha unión y el estado de ánimo está muy elevado.
«Esperamos hacer igual o mejor trabajo que en el Clásico Mundial donde obtuvimos un meritorio cuarto lugar», sentenció.
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