“Hago un llamamiento a nuestros hermanos del Congreso a que escuchen la voz del pueblo y la voz del Señor. No podemos seguir amparando cosas terribles como esas leyes”, dijo ante una pregunta sobre la ley que aumenta las características que debe tener una organización delictiva y elimina el factor sorpresa de los allanamientos judiciales.
«Hay problemas serios de indiferencia y signos de complicidad con el mal; invito a recapacitar y reformular esas leyes o a derogarlas” añadió en aparente alusión a la negativa del Congreso a anular la controvertida legislación.
Según la autoridad religiosa, la norma viola, en función de determinados intereses, el principio del cuidado a la población.
“Da la impresión de que los que estamos gobernando no tenemos mucha vocación para gobernar”, aseveró y agregó que “cuando uno llega al Gobierno empieza a pensar en sí mismo y usa el cargo beneficio para propio”.
En otro pasaje de la conferencia, llamó a la solidaridad de todos para “superar la ola de violencia y extorsión que se vive en nuestro país, así como los intereses mezquinos y egoístas que nos impiden ver el bien común”..
“Tiene que haber, en la sociedad y la Iglesia, un proceso reeducativo fundamental en donde pongamos las bases serias de constitución de nuestra Nación”, afirmó Castillo, quien será investido como Cardenal el 8 de diciembre próximo en El Vaticano.
Dijo también que la Iglesia tiene una misión importante “en este camino regenerativo de la sociedad, abriendo paso a un camino serio de reforma que consiste en escuchar, acompañar, consolar y promover las buenas iniciativas”.
La designación de Castillo fue saludada por el progresista cardenal emérito peruano Pedro Barreto, quien, desde Roma, donde esta de visita, manifestó su alegría por el nombramiento.
Explicó que el recièn designado cardenal es el tercer peruano que alcanza ese nivel eclesiástico y el sexto en la historia y por tener menos de 80 años puede participar en el cónclave cardenalicio, lo que no está permitido a los cardenales eméritos (mayores de 80 años) como los peruanos Barreto, quien reside en Perú, y el conservador Juan Luis Cipriani, quien radica en Roma.
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