En sus palabras tras el rezo dominical del Ángelus, desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano y ante unos 20 mil fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, el sumo pontífice manifestó que la soberanía debe ser respetada y garantizada por el diálogo y la paz, no por el odio y la guerra.
Francisco recordó que el lunes 7 de octubre se conmemora el primer aniversario del inicio de la actual etapa en el conflicto en Medio Oriente, tras una incursión en territorio de Israel de militantes del movimiento palestino Hamas contra décadas de ocupación, y lamentó las víctimas, a la vez que renovó su pedido para la liberación de los rehenes.
Señaló sin embargo que, desde ese día, como consecuencia de los ataques de Tel Aviv, el Medio Oriente “se ha visto sumido en un sufrimiento cada vez mayor”, y esas “acciones militares destructivas siguen afectando a la población palestina”.
Se refirió a la grave situación en Gaza y otros territorios, donde ya murieron más de 40 mil personas, entre ellas, mujeres, niños y ancianos, y lamentó que “se trata en su mayoría de civiles inocentes”, a la vez enfatizó que las víctimas “deben recibir toda la ayuda humanitaria necesaria”.
Se refirió además al sufrimiento de los libaneses, víctimas de los bombardeos de Israel, y pidió rezar por los mismos “especialmente por los habitantes del sur, obligados a abandonar sus pueblos”.
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