El nivel del sistema de embalses de Chingaza, que suministra de agua potable al 70 por ciento de la ciudad, está en un 43,36 por ciento, de acuerdo con la fuente.
Según abundó, eso significa que está apenas un siete por ciento por encima del tope determinado por la Alcaldía para alcanzar el denominado “día cero”, cuando las autoridades analizarán la aplicación de políticas más estrictas en cuanto al abastecimiento a la población del líquido vital.
Las precipitaciones experimentadas en Bogotá durante la última semana no cayeron sobre Chingaza y, en cambio, el nivel de los embalses disminuyó un 0,35 por ciento, de acuerdo con la información divulgada.
Desde el pasado abril, rige un racionamiento del líquido vital en Bogotá, dividida en nueve sectores, cada uno de los cuales sufre 24 horas de suspensión del servicio cada nueve días.
Si bien esa medida se relajó posteriormente, ante la ausencia de lluvias se retomó a finales del pasado agosto su esquema original.
Más recientemente, se prohibió el empleo del recurso apto para el consumo en actividades tales como el lavado de fachadas, parqueos y vehículos, el riego de jardines, zonas verdes o infraestructura recreacional o deportiva y el llenado de estanques ornamentales.
Según decretó la Alcaldía, esas acciones sólo podrán realizarse con agua reciclada o de lluvia previamente recolectada o cruda.
Debido a la situación el presidente del país, Gustavo Petro, alertó que sería necesario que los capitalinos, de la Sabana y demás regiones con estrés hídrico, hagan el mayor aprovechamiento posible de la recolección y uso de las precipitaciones.
“Propongo decretar la situación de desastre, juntar presupuestos nacionales, distritales y municipales con las acciones comunales y asociaciones de edificios, iniciar la contratación de sistemas permanentes de recolección de aguas lluvias para su uso en la limpieza del hogar y otros menesteres que no necesitan del agua potable”, recomendó.
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