Durante un encuentro del Consejo de Seguridad, el diplomático instó a ese foro de 15 miembros a tomar acciones al reconocer que “aún queda mucho por hacer para poner fin al sufrimiento del pueblo congoleño y lograr una paz duradera”.
Xia urgió a no olvidar la crisis en el área geográfica y promover todos los esfuerzos posibles para garantizar que el alto el fuego persista en el este del Congo y conduzca a la firma de un acuerdo de paz integral entre las partes.
A pesar de las iniciativas apoyadas por el presidente de Angola, João Lourenço, la zona densamente poblada de los Grandes Lagos no ha podido aliviar las tensiones entre actores armados congoleños y sus rivales en Ruanda.
Los reportes de Naciones Unidas confirman el curso de enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas del Congo y el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) en Kivu del Norte, epicentro del conflicto.
De acuerdo con el enviado de la ONU, el deterioro de las relaciones entre los países de la región y los múltiples intereses de las partes aumenta la posibilidad de que se produzcan más conflictos.
En ese sentido, reconoció la necesidad de abordar las causas profundas de las tensiones, en particular la explotación ilícita de recursos como el oro artesanal, que financia a los grupos armados en el este de la República Democrática del Congo.
Según recientes datos de la ONU, el M23 ha ampliado su control a varias zonas y sitiado Goma, la capital de la demarcación.
Por su parte, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados estimó en más de 940 mil los desplazados como consecuencia de la violencia de grupos armados no estatales solamente en los primeros seis meses del año en curso.
En total, más de 6,4 millones de personas han sido obligadas han abandonar sus hogares en la República Democrática del Congo, lo que amenaza a los países vecinos e incluso a la extensa zona geográfica.
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