Afirmó que se trataría de una caída del 0,2 por ciento del producto interno bruto (PIB).
El Gobierno revisa significativamente a la baja sus propios pronósticos que hasta la primavera boreal estimaban un crecimiento del 0,3 por ciento.
La corrección ya había sido filtrada y no es una sorpresa, en vista de que los principales institutos de investigación económica también revisaron a la baja sus expectativas, que situaban en una caída del 0,1 por ciento.
El principal motivo es la incertidumbre de las empresas y los ciudadanos. El nivel persistentemente alto de los tipos de interés frena la inversión, las empresas se muestran cautelosas debido a la volátil situación económica y geopolítica, y los hogares están poniendo cada vez más sus ingresos a buen recaudo.
Por su parte, el Gobierno alemán es algo más optimista que antes para el próximo año: prevé un crecimiento del 1,1 por ciento en 2025. Por un lado, espera que el consumo privado se recupere, y por otro se compren más productos industriales en el extranjero.
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