Ello acontece debido a la falta de mayorías, por tanto, demandó a los grupos el comienzo de las conversaciones pertinentes para lograr consensos.
El mandatario aseguró que resulta un caso poco común para la política austriaca y descartó la prevalencia en la conformación del ejecutivo del ultraderechista Partido de la Libertad (FPO), pues tampoco cuenta con el apoyo necesario.
De acuerdo con informaciones recogidas por el diario local Die Presse, el mandato no fue entregado a ningún partido, pues a juicio del jefe de Estado, «estamos en un punto muerto».
Argumentó que se necesitan al menos dos de los tres grandes partidos para una futura cooperación y, en su consideración, hasta la fecha lo más frecuente era confiar la búsqueda de un nuevo gobierno al líder del partido más votado.
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