El huracán puso en riesgo algunas comunidades, como las de la zona de la Bahía de Tampa y sus alrededores, que todavía se trataban de recuperar del impacto de otro fenómeno similar, Helene, que devastó partes de seis estados del sureste del país después de entrar el 26 de septiembre por la región Big Bend de Florida.
«Es probable que haya fluctuaciones en la intensidad mientras Milton se mueve por el este del golfo de México”, advirtió el Centro Nacional de Huracanes al pronosticar que la trayectoria y momento de impacto es en dirección “a la costa centro-oeste de Florida el miércoles por la noche».
Ayer el huracán recuperó fuerza y volvió a alcanzar la categoría 5, y aunque se debilite antes de alcanzar el litoral duplicará su tamaño, lo que significa que sus desastrosos efectos se sentirán en un área mucho más grande, estiman los meteorólogos.
Los reportes indican que hay zonas de Florida que ya parecen pueblos fantasmas como Treasure Island. El alcalde local, Tyler Payne, informó que anoche no quedaba prácticamente nadie en la isla porque los habitantes del lugar estaban atendiendo las alertas.
«La marejada ciclónica, nuestros residentes la experimentaron de primera mano, y creo que eso ha ayudado mucho a transmitir el mensaje de que no es seguro quedarse en la isla cuando enfrentamos una posible marejada devastadora como esta», subrayó.
El Servicio Meteorológico Nacional de Tampa Bay describió a Milton como «una tormenta histórica para la costa oeste de Florida» que podría resultar en la peor que impacte esa área en más de un siglo.
Para Payne es una preocupación que todavía muchos de los escombros generados por Helene no se pudieron recoger y «esos se volverán extremadamente peligrosos” por la fuerza de los vientos. Más de 23 millones de personas siguen bajo alerta por la inminente llegada de Milton.
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