Según manifestó el mandatario, durante la entrega a Lukashenko de la Orden de San Andrés Apóstol en una solemne ceremonia en el Kremlin, las relaciones entre Moscú y Minsk «se basan en los principios inviolables de la amistad y la buena vecindad”.
Putin agregó que igualmente que en esos vínculos prevalece el respeto mutuo y la consideración de los intereses del otro, y por supuesto, la historia común, los valores morales y espirituales comunes, los fuertes lazos familiares y de parentesco entre muchos rusos y belarusos.
Sobre una base tan sólida, sobre unos cimientos tan sólidos, Rusia y Belarús están construyendo el Estado de la Unión, subrayó Putin.
Por su parte Lukashenko subrayó que Belarús sigue siendo un aliado fiel de Rusia y está comprometida con los intereses comunes de ambos países, cuya unión está a la vanguardia en la lucha por un mundo más justo.
Asimismo, destacó que, en los últimos años, los lazos económicos, culturales y espirituales entre las dos naciones se fortalecieron significativamente.
Lukashenko también describió la orden otorgada como un «reconocimiento de los méritos de todo el pueblo belaruso, que refuerza constantemente la unidad con nuestra hermana Rusia».
Este miércoles se efectuarán las negociaciones entre el presidente de Rusia y su homólogo de Belarús en el Kremlin.
La agenda de la reunión incluye el desarrollo de las relaciones bilaterales con énfasis en la interacción de integración en el marco del Estado de la Unión de Rusia y Belarús.
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