“Este presupuesto es una calamidad”, estimó en las redes sociales el máximo dirigente del partido de izquierda La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, tras la exposición del ministro de Economía, Antoine Armand, quien confirmó el objetivo de ahorrar 60 mil millones de euros frente a un déficit público y una deuda colosales.
De acuerdo con Mélenchon, la iniciativa apunta hacia la “ignorancia (…), después de que se propagara la miseria”, al proponer cuatro mil puestos menos en la educación.
Su correligionario entre los insumisos Eric Coquerel, presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, manifestó que el presupuesto para el 2025 “le quita a los pobres para darle a los ricos”.
Estamos ante un proyecto de súper austeridad, malo para las clases medias y las desfavorecidas, advirtió.
Por su parte, el diputado de Agrupación Nacional (extrema derecha) Jean-Philippe Tanguy coincidió en que el presupuesto presentado reclama un esfuerzo mal repartido.
Resulta inaceptable que identifiquemos un esfuerzo de al menos siete mil millones de euros de las clases medias y populares y de apenas dos mil millones de las más privilegiadas, expuso.
También el diputado socialista Philippe Brun fustigo una norma que a su juicio afecta a los servicios públicos.
Existe consenso en Francia en que el primer ministro Michel Barnier enfrentará un duro camino en el otoño durante las discusiones parlamentarias sobre el presupuesto.
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