Con su futuro en la mira, la jornada será un espacio de reclamo para actuar urgentemente frente a amenazas como el clima, los conflictos, la pobreza o el retroceso en materia de derechos humanos e igualdad de género.
Datos recopilados recientemente por la ONU confirman una dramática disparidad para ese grupo poblacional: casi la quinta parte de las menores de edad no termina el primer ciclo de secundaria y casi cuatro de cada 10 no finaliza el segundo.
Alrededor del 90 por ciento de las adolescentes y mujeres jóvenes no utilizan internet en los países de renta baja, mientras que sus compañeros varones tienen el doble de probabilidades de conectarse.
Por si fuera poco, otras estadísticas advierten que en todo el mundo, las niñas de entre cinco y 14 años dedican 160 millones de horas diarias más al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que los niños de la misma edad.
A la par, las adolescentes siguen representando el 75 por ciento de infecciones por VIH entre sus coetáneos y casi la cuarta partes de las menores casadas o en pareja de entre 15 y 19 años padece violencia física o sexual al menos una vez en su vida.
Antes de la pandemia de la Covid-19, 100 millones de niñas corrían el riesgo de contraer matrimonio infantil en la siguiente década.
Sin embargo, tras el azote de la enfermedad y sus consecuencias hasta 10 millones más en todo el mundo podrían casarse sin alcanzar la mayoría de edad.
En ese contexto, este día llama a escucharlas e invertir en soluciones de eficacia probada que aceleren el progreso hacia un futuro en el que todas las niñas puedan desarrollar todo su potencial.
La fecha coincide con la reciente publicación de un informe que advierte niveles sin precedentes de violencia contra la infancia en el mundo a causa de las crisis multifacéticas e interconectadas.
El reporte divulgado por la representante especial del organismo sobre la violencia contra los niños, Najat Maalla M’jid, asegura que cerca de 300 millones los menores sufrieron explotación sexual en línea durante el último año, aunque la cifra real podría ser aún mayor.
Cerca de la mitad de la población infantil del planeta -alrededor de mil millones- están identificados como «en alto riesgo» de ser afectados por la crisis climática mientras que muchos más son vulnerables a la violencia debido a la denominada pobreza multidimensional.
La experta reconoció la naturaleza interconectada de las diferentes formas de violencia.
“Muchos niños que son víctimas del trabajo infantil también son víctimas de la trata, el contrabando y la explotación sexual», dijo.
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