Parte de esos refugiados, que huyeron de la violencia desatada por Boko Haram, cuyo cuartel general radica en el estado de Borno (noreste), reciben asistencia del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA), pero un número crecido están atrapados en zonas de combate y otras áreas de imposible acceso.
La gravedad de la situación fue descrita por la directora ejecutiva del PMA, Cindy McCain, quien expuso su dilema con una pregunta: «¿Cómo quito comida a los hambrientos para dársela a los que mueren de inanición?».
Estadísticas confiables cifran en 35 mil los muertos por las acciones islamistas y en dos millones 100 mil la cantidad de desplazados en este país, el más poblado y segundo productor de petróleo del continente africano.
Boko Haram, cuyo fin es establecer en Nigeria un estado regido por la Sharia, la jurisprudencia islámica sunnita más ortodoxa, es leal a Estado Islámico y aliado de la red Al Qaeda.
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