La movilización partió desde la Plaza Dignidad y pretendía terminar en el Cerro Huelen, también conocido como de Santa Lucía, pero no pudo llegar hasta su destino al ser dispersada a la altura del Centro Cultural Gabriela Mistral.
Los manifestantes demandaban libertad para los presos mapuche, la desmilitarización de sus territorios, la restitución inmediata de tierras, mayor financiamiento a la educación y el derecho a la autonomía y la autodeterminación.
Entrevistada por el sitio PiensaPrensa, Catalina Quillenpan, una de los participantes en la protesta, denunció la represión policial contra la manifestación.
“Veníamos en la marcha supertranquilos, venían niños, familias, grupos tocando sus instrumentos musicales y lamentablemente no nos dejaron pasar. Nos volvieron a reprimir, nos llenaron de gases, las aguas estaban con químicos”, dijo.
Imágenes difundidas en redes sociales dieron cuenta del uso desproporcionado de la fuerza para dispersar la marcha, a pesar de que había sido previamente autorizada.
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