Las lluvias registradas el 10 y el 11 de octubre fueron insuficientes para mantener los principales ríos en niveles óptimos y la sequía hidrológica en el astro ecuatoriano se extiende por 93 días.
Este domingo, la empresa proveedora del servicio de agua potable y saneamiento de la ciudad de Cuenca, provincia de Azuay, señaló que el nivel de los ríos Tomebamba, Yanuncay, Tarqui y Machángara, que alimentan al embalse Mazar, tienen caudales bajos, de entre 1,35 y 1,77 metros cúbicos por segundo.
Mazar, una de las represas más grandes del país, es esencial para el complejo hidroeléctrico Paute que este domingo fue apagado para preservar los niveles de agua.
El Ministerio de Energía y Minas indicó hoy que la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, ubicada en la Amazonía, aumentó su generación y en consecuencia suspendieron los apagones programados hasta las 11:00 (hora local).
La ministra encargada de la cartera de Energía, Inés Manzano, advirtió la víspera que la próxima semana sería “crítica”, y anunció que los apagones serán de 10 horas diarias.
En un video compartido en redes sociales, Manzo explicó que las condiciones climáticas pronostican escasas lluvias en la zona sur del país.
En ese contexto, el Ministerio de Energía y la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) iniciaron dos nuevos procesos para incorporar otros 160 megawatts de energía térmica al Sistema Nacional Interconectado.
Un informe de Celec advierte que los apagones se podrían prolongar hasta 2025.
Ante la crisis, los ecuatorianos están preocupados por la situación económica y los posibles despidos.
Los gremios empresariales estiman pérdidas de 12 millones de dólares por cada hora de apagón
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