Según lo previsto, el presidente francés, Emmanuel Macron, y su esposa Brigitte recibieron a la pareja real en el Arco de Triunfo, luego de su llegada a esta capital en tren desde Bruselas.
Como parte de la agenda, el monarca belga y el mandatario pasaron revista a las tropas, previo a la tradicional ofrenda floral y el encendido de la llama ante la tumba del Soldado Desconocido.
El periplo de tres días comprende un banquete de honor en el Palacio del Elíseo, sede de la presidencia local, y un viaje el miércoles próximo, a Lille, ciudad ubicada cerca de la frontera con Bélgica.
De acuerdo con la presidencia francesa, el viaje resultará un momento propicio para la profundización de los vínculos bilaterales, asociados a temas como: defensa, seguridad, intercambios económicos y comerciales, cooperación académica e innovación.
Mientras la cancillería belga, subrayó el interés de reforzar los nexos entre ambos países, en el campo de la transición energética y la defensa.
Según lo informado, la última visita de Estado de un rey belga a París aconteció en 2003, cuando Alberto II y su esposa Paola fueron recibidos por el entonces presidente Jacques Chirac.
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