En valoración del dirigente libanés, el único y exclusivo camino para recuperar la tierra y detener la agresión es la firmeza de la resistencia y el respaldo de su pueblo.
De acuerdo con Qassem, la ocupación israelí atacó a miembros del ejército libanés, de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas (Unifil), y destruyó lugares de culto, mezquitas, iglesias y convoyes de ayuda en su hostilidad contra la nación.
Al respecto, cuestionó: ¿Dónde están las Naciones Unidas y los países occidentales ante la solicitud de Israel de que las fuerzas de la Unifil se retiren? ¿Dónde están las resoluciones internacionales que ellos exigen implementar?
En un discurso televisado, el vicejefe de Hizbulah enfatizó: «nosotros seremos quienes tomemos las riendas del enemigo y lo devuelvan al redil».
Respecto a la confrontación directa, apuntó que la Resistencia ya no está en una fase de apoyo y comenzó con la ecuación en el campo de batalla en la primera línea.
A propósito, comentó que el logro en el terreno durante dos semanas fue mayor y mejor de lo esperado, ya que la misión de la Resistencia no es solo evitar el avance, sino perseguir a las fuerzas israelíes.
En palabras de Qassem, «nuestros jóvenes combatientes esperan al enemigo para enfrentarse a quemarropa, y hemos decidido implementar una nueva ecuación».
Sobre esta estapa en la lucha, destacó que Hizbulah tiene derecho a atacar cualquier punto dentro de la entidad israelí y apuntaremos al lugar que consideremos adecuado.
En su criterio, «el enemigo nos está facilitando golpearlo al movilizar sus defensas terrestres, cuyos restos caen sobre los asentamientos».
Según puntualizó, la Resistencia atacará al ejército israelí, sus centros de operaciones y cuarteles, y la solución es un alto al fuego; «si embargo, no hablamos desde una posición de debilidad ya que continuaremos con la respuesta mientras el enemigo mantenga la agresión».
Qassem refrendó que la Resistencia no será derrotada «porque es dueña de la tierra», es fuerte, y el terreno lo confirma.
A los combatientes, calificó de símbolo de la dignidad, el honor, la esperanza y el anuncio de la victoria.
En su mensaje al pueblo libanés, agregó que nadie debe apostar por inversiones fuera del marco, pues el campo de batalla determina el resultado.
Al entorno de la Resistencia, agradeció por el sacrificio y la paciencia; y como lo hizo el líder Hassan Nasrallah, prometió el regreso a sus hogares, «los cuales reconstruiremos más hermosos de lo que eran».
Hizbulah es fuerte gracias a sus combatientes, a sus recursos y a la cohesión con el movimiento Amal, y permanecerá pese a quienes no lo quieren con gran determinación, reafirmó.
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