La directora ejecutiva de ese gremio, Gabriela Uquillas, señaló al canal Teleamazonas que cada hora sin electricidad representan para el país 12 millones de dólares perdidos, así como afectaciones en el empleo y la competitividad.
La ministra encargada de la cartera de Energía y Minas, Inés Manzano, advirtió que al menos hasta diciembre habrá interrupciones, aunque cree que serán menores a las actuales.
Un comunicado de asociaciones de la construcción alertó que la situación energética del cuarto trimestre afectará aún más el sector y demandó al presidente Daniel Noboa acciones más profundas, viables, relevantes y ágiles para ayudar a salir de la crisis.
Según un reporte del Banco Central del Ecuador, en el segundo trimestre de este año, la economía se contrajo un 2,2 por ciento y la construcción fue el área más afectada con una reducción del 17 por ciento.
Los comercios y pequeños negocios también reciben el impacto de los cortes, muchos de ellos ni siquiera pueden darse el lujo de comprar generadores, pero cerrar las puertas tampoco es una opción porque muchos dependen de eso para sobrevivir.
La ministra Manzano declaró la víspera estar consciente de la indignación ciudadana por los apagones y aseguró que “esto es algo que lo vamos a controlar, lo vamos a mejorar y lo vamos a compensar”.
La funcionaria reiteró que Ecuador enfrenta la peor sequía en 60 años, lo cual afecta la generación hidroeléctrica.
Esta nación andina depende en más de un 70 por ciento de centrales hidroeléctricas, especialmente de Coca Codo Sinclair, la más grande del país con capacidad para generar mil 500 megawatts desde la región amazónica.
Esa planta asumió este lunes gran parte de la generación nacional debido a que en esa zona sí se reportan lluvias.
Mientras, en el sur, el embalse Mazar, que alimenta a un complejo de tres centrales en el río Paute, se encuentra al límite de los niveles para operar debido a la falta de precipitaciones en el austro.
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