Bajo gritos de intervención militar y rechazo a la asunción al poder del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, adeptos radicales de Bolsonaro irrumpieron violentamente y saquearon el 8 de enero del pasado año las sedes capitalinas del Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio Presidencial.
Trascendió que el informe final de la PF debe presentar nuevos mensajes encontrados en dispositivos electrónicos de implicados en la asonada.
En la evaluación de los policías, este material confirma y refuerza la participación del político ultraderechista en la elaboración de un proyecto de golpe discutido en reuniones celebradas en el Palacio de la Alvorada (residencia oficial de los gobernantes) después de las elecciones de 2022, cuando salió derrotado en las urnas ante Lula.
Declaraciones a los peritos policiales revelan encuentros entre autoridades para la tentativa.
El documento de la PF cerrará la investigación de las milicias digitales, que ya generó otros dos informes con imputaciones contra Bolsonaro: uno sobre la falsificación de tarjetas de vacunación (Covid-19) y otro acerca del desvío de datos de regalos obsequiados por autoridades extranjeras en el Gobierno del excapitán del Ejército, como las joyas de Arabia Saudita.
Según el portal G1, la tercera parte (intento golpista) demoró más, de acuerdo con una fuente cercana a la investigación, porque fue necesario cruzar datos con los de otra indagación que corre en paralelo en la PF sobre acciones ilegales en la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) durante el mandato del exparacaidista (2019-2022).
La pesquisa sobre la ABIN señala que agentes públicos usaron la agencia para espiar a adversarios de Bolsonaro, con el objetivo de crear y difundir fake news (noticias falsas).
Tales confidencias son un punto de intersección entre los dos casos: ABIN y las milicias digitales.
G1 asegura que la conclusión de las exploraciones tardó más de lo esperado también porque la PF hizo tiempo a que el forense extrajera los mensajes de celulares y ordenadores, confiscados en las operaciones de búsqueda realizadas.
Algunos sospechosos no entregaron las contraseñas de los equipos, lo que retrasó la labor policial.
Dos partes de la indagación de las milicias digitales, finalizada por la PF, están en análisis desde julio en la Fiscalía General de la República.
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