Reaccionaron así ante la posibilidad planteada por el primer ministro Gustavo Adrianzén de que las Fuerzas Armadas, que apoyan a la Policía Nacional en las zonas declaradas en emergencia, pasen al frente y la Policía las secunde, si la fórmula actual no da resultados.
El exministro del Interior Wilfredo Pedraza argumentó que los militares no pueden cumplir la tarea, porque no están en condiciones de combatir el origen de.la criminalidad, o sea la extorsión.
“El jefe ya no será un general de la Policía sino un general del Ejército, tal vez veamos un poco más de militares en las calles pero eso en lo absoluto significará nada para mejorar la seguridad”, declaró al diario La República.
Añadió que la principal manera de combatir a la delincuencia organizada consiste en que grupos de inteligencia que realicen investigaciones pra capturar a los cabecillas de las bandas. Esa opinión fue compartida por otro ex ministro del Interior, Rubén Vargas, quien apuntó que pese el agravamiento de la inseguridad en los últimos años, el Gobierno no ha entendido la naturaleza del problema.
Según Vargas, si la administración de la presidenta Dina Boluarte entrega el orden interno al Ejército, demostraría que “es un Gobierno a la deriva, sin ninguna propuesta seria” ante la crisis de inseguridad.
El ex jefe de la Policía Eduardo Pérez Rocha anotó que los 135 mil policías son insufucientes para controlar plenamente las calles, mientras las Fuerzas Armadas solo tienen 120 mil hombres, con los que no podrá cumplir esa tarea.
El presidente de la Asociación de Exportadores (ADEX), Julio Pérez, dijo que la posible militarización plena no va a funcionar porque las Fuerzas Armadas tienen fines distintos y estas solo deben actuar en respaldo a la Policía y bajo el mando de esta.
El analista político Nicolás Lúcar rechazó también la posibilidad de que se entregue el control del orden a los militares y criticó al primer ministro, señelando que al plantear esa opción, está aceptando que no es capaz de combatir el crimen y debería renunciar.
Preguntado sobre la posibilidad de renunciar, como piden diversos sectores, Adrianzén solo respondió que “Si fuera posible garantizar que dando un paso al costado nadie va a morir en el Perú, lo haría”.
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