Desde mediados hasta finales de este mes, cada año la Tierra pasa a través de una corriente de escombros polvorosos que provienen del cometa Halley y el cielo, antes del amanecer, puede iluminarse con un bello despliegue de estrellas fugaces.
Según el jefe de la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides de la NASA, Bill Cooke, se espera ver alrededor de 20-25 meteoros por hora cuando la lluvia alcance su punto máximo durante la madrugada del 21 de octubre.
Los astrónomos la llaman así porque estos meteoros salen desde la constelación de Orión y, a pesar de no ser la más fuerte, es “una de las más hermosas lluvias del año”, destacó el especialista.
La causa está en su entorno, pues la lluvia está rodeada de las estrellas más brillantes del cielo; constelaciones como Tauro, Géminis y Orión aportan un brillante telón de fondo para el espectáculo.
Prepárese para la velocidad, advirtió Cooke, pues los meteoroides (restos pequeños de rocas y metal) del cometa Halley atraviesan la atmósfera de la Tierra desplazándose a unos 238 mil kilómetros por hora; “únicamente las Leónidas, que llegan en noviembre, son más rápidas”, apuntó.
La velocidad es importante porque los meteoros rápidos tienen tendencia a explotar y ocasionalmente las bolas de fuego de las Oriónidas dejan corrientes de escombros incandescentes que duran varios minutos.
Tales filamentos de “humo de meteoro”, torcidos por los vientos en la atmósfera superior, adoptan formas retorcidas que pueden incluso ser más lindas que los meteoros mismos, precisó el especialista.
mem/lpn