Según un comunicado del Servicio de Información del Gobierno burkinés en las últimas semanas fueron desarticulado varios intentos de desestabilización de las instituciones llevados a cabo por sospechosos residentes en países vecinos que habrían contado con apoyo de potencias extranjeras.
El documento añade que en el periodo del 4 de septiembre al 4 de octubre de 2024, las fuerzas de seguridad detuvieron a 358 personas por actos de comportamiento hostil y espionaje de carácter terrorista en todo el territorio nacional.
Recientemente, el secretario general de la ONU, António Guterres, condenó el ataque terrorista contra la ciudad de Barsalogho, en Burkina Faso, realizado el 24 de agosto pasado, que provocó al menos 200 muertos y otro centenar de heridos.
Un comunicado divulgado por su portavoz exigió la rendición de cuentas de los responsables, pertenecientes al grupo Jama’at Nusrat al-Islam wal Muslimin (Jnim), vinculado a Al Qaeda.
De acuerdo con reportes de prensa, la agrupación terrorista ocupa grandes áreas al norte del país de África occidental.
Al igual que otras organizaciones, el JNIM llegó a Burkina Faso desde el vecino Mali, y sus operaciones agravan aún más la crisis de seguridad que desencadenó dos golpes militares durante 2022.
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