La inflación presentó un ritmo con tendencia a la baja, en el cual las medidas estatales fueron fundamentales para hacer frente a los impactos externos.
A partir de agosto de 2022, cuando logró su registro máximo con 7.66 por ciento, se contabilizaron 19 meses de reducción continua hasta marzo de 2024 cuando la tasa registró un 0.77 por ciento.
La titular de Economía, María Luisa Hayem, resaltó que estos resultados positivos de El Salvador ocurren pese a los fenómenos inflacionarios en el resto del mundo.
Destacó las medidas implementadas por el poder ejecutivo como el subsidio del gas licuado de petróleo (GLP) y la exoneración de aranceles a los precios de varios tipos de alimentos e insumos agrícolas, entre otras acciones que favorecieron la baja en precios.
Asimismo, ponderó las acciones de monitoreo de la Dirección General de Aduanas y la Defensoría del Consumidor para garantizar que las reducciones en los precios sean efectivos para la población.
Por otra parte, impactó en la inflación, la reducción de los precios de la canasta básica que a partir de aplicarse la política de mercados agropecuarios, lo cual aligeró el bolsillo de la población.
Distribuidos en el país, 50 agromercados con un variado surtido de frutas, verduras y granos básicos, a precios competitivos, incidieron en el valor de los alimentos.
“El sector de alimentos es uno en donde estamos viendo las bajas más importantes, y esto era justo una de las prioridades de ese primer componente del plan económico, el poder asegurarnos de que nuestra población pudiese adquirir esos alimentos que son tan importantes en las mesas de los hogares, dijo Hayen.
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