El colectivo, uno de los más reconocidos en el país antillano y dirigido por la coreógrafa española radicada hace años en la isla, Susana Pous, hizo vibrar con su arte al público asistente al Teatro Nacional, en el Casco Antiguo de esta capital.
En esta primera ocasión en que un elenco latinoamericano cierra el festival, se presentó una especie de viaje introspectivo que invita a recorrer un camino que no se puede seguir sin entender el pasado.
Por medio de esa travesía, según el jurado de la fiesta danzaria, descubrimos que a través de la familia y nuestros antepasados conectamos recuerdos, secretos, experiencias, conflictos y silencios, así como aquellos que heredamos de los seres que conforman nuestro árbol genealógico.
Desde el pasado 11 de octubre, Prisma reunió a artistas, técnicos y coreógrafos de diversos países del mundo y 10 bailarines panameños.
Este año el encuentro contó con la participación de destacadas compañías y coreógrafos provenientes de Alemania, Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Chile, España, Estados Unidos, Francia, Israel, Italia, Japón, Panamá, Paraguay y República Checa.
El programa incluyó 16 presentaciones de danza, ocho de ellas gratuitas, dijo a Prensa Latina, Ximena Eleta de Sierra, Codirectora del Festival Prisma, quien además destacó el componente pedagógico para fortalecer la formación de los bailarines a través de
clases magistrales y talleres dirigidos incluso a jóvenes talentos de zonas vulnerables.
Por su parte, la presidenta de la Fundación Prisma Danza, Analida Galindo, también bailarina, expresó que la creación de este festival es una prueba tangible de cómo la cultura puede trascender cualquier barrera, legado de una institución comprometida con la promoción del arte y todo lo que puede aportar a nuestras vidas.
gas/ga
