Bishop no era un extremista, sino un verdadero revolucionario, concienzudo y honesto, subrayó el Comandante en Jefe citado por el diario The New Today.
«Lejos de estar en desacuerdo con su política inteligente y realista, simpatizamos plenamente con ella, ya que estaba rigurosamente adaptada a las condiciones y posibilidades específicas de su país», puntualizó.
Granada se había convertido en un verdadero símbolo de independencia y de progreso en el Caribe. Nadie habría sido capaz de imaginarse la tragedia que se avecinaba. Toda la atención se concentraba en otras partes del mundo. Fueron desgraciadamente los mismos revolucionarios granadinos quienes desataron los acontecimientos que abrieron las puertas a la agresión imperialista, señaló Fidel Castro en aquella oportunidad.
Nadie puede asegurar hoy todavía si quienes clavaron el puñal del divisionismo y el enfrentamiento interno, lo hicieron de «motu proprio» o inspirados y alentados por el imperialismo. Es algo que, o lo hizo la Agencia Central de Inteligencia, o de lo contrario no habría podido hacerlo más perfecto, añadió.
Además, comentó que se utilizaron argumentos supuestamente revolucionarios, invocando los principios más puros del marxismo-leninismo y acusando a Bishop de practicar un culto a la personalidad y de alejarse de las normas y métodos leninistas de dirección.
En nuestra opinión, dijo Fidel Castro, nada podía ser más absurdo que atribuir tales tendencias a Bishop.
Era imposible imaginar a nadie más noble, modesto y desinteresado. Su culpa no fue jamás el autoritarismo, y si algo se le quisiera imputar como un defecto, fue su exceso de tolerancia y de confianza, señaló.
Cualesquiera que fueran sus intenciones, el brutal asesinato de Bishop y de sus camaradas más leales y cercanos en 1983 es un hecho que nunca podrá justificarse en esa ni en ninguna otra revolución. Solo la historia podrá decir la última palabra. Pero no sería la primera vez que en un proceso revolucionario haya ocurrido una cosa o la otra, agregó.
Como decía la declaración del 20 de octubre del partido y el gobierno cubanos, «ningún crimen debe cometerse en nombre de la revolución y la libertad», resaltó el rotativo granadino.
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