El ancianato Brooks-Howell Home todavía no tiene acceso regular al líquido vital y según James Greene, de 84 años, «no hemos podido ducharnos ni lavarnos las manos».
En una carta a sus familiares, familiares y amigos, citada por ABC News, Greene escribió que «mantener la higiene con desinfectantes para manos es una necesidad constante»; además, hay que «verter un balde de agua en el tanque del inodoro para poder tirar de la cadena».
Pero esa no es la única residencia de ancianos de Carolina del Norte afectada por la actual crisis del agua en Asheville.
En esas instituciones sanitarias en particular, las infecciones pueden propagarse rápidamente, lo que hace que el acceso a agua corriente limpia sea una necesidad aún más urgente, de acuerdo con los reportes.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades notificaron que las aguas de inundación de los huracanes pueden contaminar las fuentes de agua locales con «gérmenes, sustancias químicas peligrosas, desechos humanos y de ganado» que causan enfermedades.
El Departamento de Recursos Hídricos de la Ciudad de Asheville emitió un Aviso de Hervir el Agua el pasado 16 de octubre, el cual sigue vigente pues significa que «hay contaminación debido a los impactos del huracán Helene, incluida la posibilidad de agua sin tratar en el sistema de distribución».
Las personas de la llamada tercera corren un mayor riesgo de contraer infecciones debido a muchos factores, entre ellos, inmunidad reducida, enfermedades crónicas existentes y exposición a patógenos en hospitales y residencias de ancianos.
Kimberly Smith, vicepresidenta de operaciones de Ascent Healthcare Management, una empresa que gestiona seis centros de retiro en el oeste de Carolina del Norte, dijo a la cadena de noticias que, al 18 de octubre, tres de las instalaciones de la compañía en Asheville no contaban con agua corriente.
Incluso después de que se restablezca el servicio normalmente persistirá el Aviso de Hervir el Agua durante bastante tiempo, enfatizó Smith.
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