Ello ocurrió mientras el aumento del rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidenses y las inminentes elecciones presidenciales seguían afectando a los mercados.
Los movimientos de las divisas de la semana pasada se vieron impulsados por el recorte de tasas de interés del Banco Central Europeo (BCE) y sólidos datos estadounidenses que redujeron las expectativas sobre lo rápido que pueden bajar los tipos en Estados Unidos.
El índice dólar, que compara al billete verde con una cesta de seis destacadas monedas, mejoró 0,17 por ciento, a 103,63 unidades. El euro restó 0,16 por ciento, a 1,0849 dólares, y la libra esterlina bajó 0,18%, a 1,3025 dólares.
Según Erik Nelson, estratega macroeconómico de Wells Fargo, la fortaleza del dólar se debe en gran medida a las tasas y al crecimiento relativo.
El yen restó 0,24 por ciento frente al dólar, a 149,89 unidades, tras superar brevemente el nivel de 150 la semana pasada por primera vez desde principios de agosto.
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