En un comunicado de prensa, la entidad advirtió sobre las imposibles condiciones de vida de los civiles en medio de repetidas órdenes de desplazamiento y el acceso limitado a suministros humanitarios esenciales.
El actual contexto, agregó la Oficina, deja a muchos al borde de la inanición.
“Si bien el ejército israelí exigió que todos los civiles abandonen el norte de Gaza, sigue bombardeando y atacando sin descanso la zona, especialmente en el campamento de Jabalya y sus alrededores”, recordó al respecto el organismo.
Las agresiones provocan que la huida de los civiles sea extremadamente peligrosa, añadió.
De acuerdo con la Oficina, la población palestina también tiene temor de abandonar sus tierras y que nunca se les permita regresar.
Por su parte el comisionado general de la Agencia de la ONU para Refugiados Palestinos (Unrwa), Philippe Lazzarini, denunció la destrucción de instalaciones de la salud y la infraestructura civil en la más reciente ofensiva.
“Los hospitales fueorn atacados y se quedaron sin electricidad, mientras que los heridos están sin atención”, dijo en una publicación en X.
El alto representante subrayó que negar y utilizar como arma la asistencia humanitaria para lograr fines militares es una muestra de lo baja que está la brújula moral.
“Nadie debería mendigar para ayudar o para recibir ayuda”, añadió.
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