Biya, 92 años, es el segundo mandatario de más larga estancia en un sillón ejecutivo africano detrás del ecuatoguineano Teodoro Obiang Nguema y partió de su país a principios de septiembre pasado para asistir a la conferencia China-África en Beijing y después viajó a Suiza en visita privada, según portavoces oficiales.
Los rumores sobre su deceso fueron alimentados por su inasistencia a la Asamblea General de la ONU, en la cual estaba inscrito como orador, y a la Cumbre de la Francofonía, con sede en París, la capital francesa, y la ciudad de Villers-Cotterêts, patria chica del escritor Alejandro Dumas, padre.
Camerún atraviesa momentos políticos tormentosos debido a acciones separatistas de las comunidades angloparlantes asentadas en el noroeste y el suroeste quejosas de lo que califican de discriminación en su contra por parte de la mayoría francoparlante, la cual controla el gobierno y los demás instrumentos del poder.
Tras la proclamación por la comunidad anglófona de la república separatista de Ambazonia en 1999, milicianos armados reivindicaron ataques a puestos militares, pero en la actualidad están en una suerte de pausa aunque la rispidez entre ambas partes está a flor de piel.
En enero pasado el propio Biya desmintió trascendidos sobre su solicitud de una mediación en el conflicto de Canadá, otro país en el que cohabitan poblaciones angloparlantes y francoparlantes, pero portavoces en Ottawa insistieron en su veracidad.
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