Por la inacción, programada para ocurrir entre las 07:00 y 19:00, hora local, solo en la terminal de Santos, en Sao Paulo, 20 mil empleados paralizarán.
Según fuentes del sector, la huelga ocurriría un día antes de una propuesta de ley que será presentada en la Cámara de Diputados, la cual reduciría normas y principios sociales de los portuarios.
También el texto extingue a los sindicatos que representan cuatro categorías del surgidero de Santos: conferenciantes de carga, reparadores, obreros de bloque y vigías portuarias.
Entre otras demandas figuran además el rechazo a la privatización de los fondeaderos y la automatización, que podría poner en riesgo empleos.
«No hubo espacio para nuestra participación en las discusiones. No estamos en contra de la modernidad ni contra nuevas inversiones en el puerto, pero tenemos que garantizar los derechos de los trabajadores», afirmó Miro Machado, presidente del Sindicato de Trabajadores Portuarios de Santos.
Consideró que el cambio suprime completamente la responsabilidad de las terminales con los trabajadores y bajarán los salarios. «Va a ser un caos para la ciudad si eso sucede», alertó el sindicalista.
«Los trabajadores están indignados, con miedo a perder derechos conquistados hace muchos años», señaló por su parte Bruno José dos Santos, presidente del Sindicato de Estibadores de Santos, el mayor puerto de Brasil y América Latina.
Tales preocupaciones reflejan tensiones similares a las vistas en paros portuarios recientes en otros países.
La huelga en Brasil tiene el potencial de interrumpir de manera significativa la cadena de suministro, lo que podría afectar la importación y exportación de bienes esenciales, especialmente en momentos de alta demanda comercial.
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