La semana pasada el vehículo se volcó cuando transitaba por la ciudad de Majiya y decenas de personas que acudieron al lugar del siniestro para drenar el contenido del tanque que se derramaba en una zanja aledaña a la carretera y murieron de inmediato cuando ocurrió una explosión.
La cantidad de víctimas fatales inmediatas, casi un centenar, y su estado por las quemaduras fue tal que las autoridades decidieron sepultarlas en una fosa común.
Desde entonces el número de fallecidos crece casi a diario por la gravedad de los heridos, más de 80 de los cuales siguen internados en hospitales, por lo que no se descarta otra alza en la siniestra relación.
El presidente nigeriano, Bola Tinubu, prometió ayuda a los damnificados del siniestro, un hecho de cierta frecuencia en este país, el más poblado de África y segundo productor de crudo del continente con altos niveles de pobreza y enfrentado a una crisis de seguridad por los ataques armados y los atentados y secuestros del grupo islamista Boko Haram.
Mientras, peritos trabajan en la búsqueda de elementos para elaborar un informe sobre las causas de la catástrofe, otra de las varias que ocurren en este país, segundo productor de crudo de África subsahariana, con frecuencia debido a la perforación de oleoductos para robar carburante y otros hechos similares.
El siniestro del camión cisterna también puede haber sido provocado por el mal estado de las carreteras, mal endémico en el continente, el desacato de las leyes del tránsito y la conducción de vehículos en estado de embriaguez, entre otros factores.
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