Un informe presentado por la Fundación Nordeste al Consejo Nacional de la Economía y del Trabajo (CNEL), órgano de consulta gubernamental, destaca la gravedad de este fenómeno y apunta que “en el movimiento de jóvenes entre los países europeos, Italia participa como un gran proveedor de personas, con el último lugar en términos de atractivo”.
Mientras la salida de italianos entre 18 y 34 años es masiva y creciente cada año, este país acoge sólo al 6,0 por ciento de los europeos, una cifra mínima frente a los 43,0 puntos porcentuales de Suiza y el porcentaje de 32,0 puntos que muestra España, apunta ese análisis.
En el norte de Italia, un 35,0 por ciento de los jóvenes residentes aspiran a mudarse al extranjero, y la cuarta parte de quienes emigran lo hacen para buscar mejores oportunidades laborales, mientras en el 19,2 por ciento de los casos la motivación es estudiar, y suman 17,1 puntos porcentuales los que se proponen elevar su calidad de vida.
“La emigración de jóvenes italianos no sólo dificulta que las empresas encuentren gente para contratar, sino que también acentúa enormemente el desajuste entre la oferta y la demanda de competencias”, explicó Luca Paolazzi, director científico de la Fundación Nordeste, al presentar los resultados de esa investigación.
Por su parte Renato Brunetta, presidente del CNEL, comentó en declaraciones a la prensa que “la falta de atractivo de Italia para los jóvenes es una verdadera emergencia nacional, económica y social”.
“Hemos entrado en una fase crítica de escasez y fuga de jóvenes del país” añadió Brunetta y lamentó que ante este fenómeno, con graves afectaciones para la sociedad y la economía italiana “la insensibilidad y la inacción son escandalosamente inaceptables”.
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