Dalaloy, quien cursó la carrera de Medicina en Francia, donde trabajaba, regresó a su patria en el momento más difícil: en 1967, cuando la guerra había escalado, para poner sus conocimientos al servicio del Frente Patriótico de Lao, del cual era miembro.
Excelente conversador, se le iluminó el rostro cuando recuerda que apenas un año después de su llegada a territorio liberado nació, en una de las cuevas que les servían como vivienda, su hija Vathana.
Por aquél entonces las fuerzas revolucionarias lograron una importantísima victoria en la llamada batalla de Phou Pha Ti, al destruir la estación de radar de la base aérea estadounidense “Lima Site 85”, emplazada a unos mil 700 metros de altura sobre el nivel del mar, en la cima de una montaña.
Desde aquel estratégico puesto eran guiados los bombardeos de la aviación norteamericana contra el norte de Vietnam y el territorio laosiano, aun cuando fuera de noche o bajo cualquier tipo de condición climática, de ahí la trascendencia de dicha acción.
En diálogo con Prensa Latina, el exministro laosiano de Salud (1993-2011) explicó que la apertura del hospital en 1972 respondió a la necesidad de atender la población de las zonas liberadas, que para entonces representaban dos tercios del territorio nacional.
El Comité Central del Frente Patriótico de Laos decidió transformar las áreas liberadas en un verdadero Estado y para ello era necesario garantizar todos los servicios básicos, entre ellos la salud, para lo cual fue recabada la ayuda de Cuba.
La primera brigada médica cubana estuvo muy bien organizada y respondía por entero a las necesidades reales que teníamos en ese momento, señaló Dalaloy, quien recuerda a la perfección, con nombres, apellidos y especialidad, a cada uno de sus ocho integrantes.
Por entonces en toda la zona liberada había solo seis galenos, mientras eran muchos los pacientes que atender por heridas de guerra, bombas y minas sin explotar y accidentes, además de las enfermedades endémicas y otros padecimientos comunes.
De modo que la llegada desde Cuba de un pediatra, un obstetra, un cirujano, un clínico, dos técnicos (de laboratorio y anestesiología) y dos enfermeras resultaban de muchísima ayuda.
En todos los casos, destacó Dalaloy, eran excelentes profesionales, muy capacitados no solo teóricamente, sino también en la práctica; pero sobre todas las cosas eran compañeros con un alto espíritu de dedicación, responsabilidad y disciplina que se mantuvieron, de principio a fin, entregados por completo a su humana misión.
La elevada calidad profesional, ética y moral, los conocimientos demostrados en la práctica diaria por los colegas cubanos eran admirables, por eso merecían todo el respeto de nuestro equipo, que los consideraba verdaderos amigos, aseguró.
Dalaloy, quien fue embajador de Laos en Cuba de 1987 a 1989 y además vicepresidente de la Asociación de Amistad Laos–Cuba, subrayó que la llegada de la brigada, en un momento crítico, ofreció al Frente Patriótico de Laos un gran respaldo moral, práctico y profesional.
“Fue un hecho histórico que apreciamos mucho y no podemos olvidar, pues el espíritu de aquellos compañeros resultó, además de estimulante, reflejo del internacionalismo cultivado por el comandante Ernesto Che Guevara y, naturalmente, por el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro”, remarcó.
A Dalaloy le enorgullece saber que, aun cuando entre Laos y Cuba median miles de kilómetros de distancia, son dos naciones con muchas similitudes. “Estamos geográficamente muy separados, pero somos muy cercanos”, afirmó.
E ilustró sus palabras recordando que el año 1959 marcó hitos en la historia de ambos países: en la isla triunfó la Revolución liderada por el Comandante en Jefe Fidel Castro. En Laos el régimen reaccionario encarceló al príncipe Souphanouvong y otros 16 dirigentes del independentista Pathet Lao.
A comienzos de la década de 1960, abundó, ambos también encaramos muchas dificultades. Cuba enfrentó en 1962 la Crisis de Octubre y la implantación formal del bloque económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos, que aún hoy se mantiene.
Laos por entonces permanecía atento a una conferencia en Ginebra de la cual emanaría un acuerdo internacional sobre la neutralidad del país, y a las puertas de un conflicto que se prolongaría hasta mediados de la década de 1970.
Sin embargo, transcurrieron más de 50 años desde aquel primer encuentro con los médicos cubanos en la zona liberada y nuestras dos naciones –dijo- sobrevivieron a las agresiones de la superpotencia, Estados Unidos, algo que parece increíble, pero es real.
“Hoy tenemos paz, independencia, democracia, unidad, y vamos camino a la prosperidad, a pesar de todas las dificultades”, enfatizó el veterano luchador antes de reiterar su profunda gratitud por el apoyo incondicional brindado a su país por especialistas cubanos a través de sucesivas brigadas médicas.
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