El denominado Comunicado de Samoa recoge la decisión de los jefes de Gobierno ante las demandas de análisis acerca de la justicia respecto al comercio transatlántico de esclavos africanos y la importancia de reconocer esta cuestión.
Asimismo, menciona que la mayoría de los Estados miembros de la Mancomunidad comparten experiencias históricas similares sobre ese «abominable comercio», la debilitación y desposesión de los pueblos indígenas, contratas, colonialismo y rapto con engaños de trabajadores en el Pacífico y sus consecuencias.
Por tanto, determinaron el establecimiento de un intercambio profundo, fiel y respetuoso para forjar un futuro común basado en la equidad.
En este sentido, incidieron en la relevancia de asumir un papel activo para plantear conversaciones sobre estos perjuicios, con especial énfasis en mujeres y niñas, las mayores víctimas de esas lamentables tragedias de la historia de la humanidad.
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