Al decir del maestro ruso Azari Plisetski, se trata de una gran fiesta cubana de la danza, que hasta el 10 de noviembre, reunirá en escenarios de esta capital a artistas de numerosos países.
Plisetski recordó que llegó por primera vez a Cuba en 1963 y durante toda una década formó parte de la compañía, entonces bajo la dirección del maestro Fernando Alonso.
Como primer bailarín del Ballet Nacional de Cuba (BNC), interpretó y estrenó muchísimos personajes del repertorio tradicional y moderno, incluidas obras coreografiadas por Alberto Alonso, otra figura capital de la danza cubana.
El artista aprovechó la invitación a dar el discurso inaugural del evento para recordar que fue uno de los protagonistas de una década de gloria de la compañía, contribuyó a la formación de diversos danzantes y actuó como partenaire de todas las bailarinas cubanas notables de esa época.
Destacó en particular el inmenso honor de haber sido pareja escénica de una de las bailarinas más extraordinarias del mundo, la cubana Alicia Alonso, definida por él como parte esencial de esta isla, que tanto aprecia y que lo acogió como un cubano más.
También, compartió que en la historia de este Festival, ha sido el bailarín que más veces ha protagonizado El lago de los cisnes: siete en total.
Plisetski recordó a los jóvenes que hoy integran el BNC, que son herederos de una hermosa tradición, digna de preservar, e invitó al público que lo ovacionó en más de una ocasión a disfrutar de esta gran fiesta de la danza.
Puntales del elenco actual del BNC como Anette Delgado, Dani Hernández, Grettel Morejón, Yankiel Vázquez y Alianed Moreno, junto a Patricio Revé, del Queensland Ballet de Australia, danzaron Tres preludios, del coreógrafo británico Ben Stevenson.
Contemplar a cada uno de estos bailarines en escena constituyó un gusto, más cuando la joven pianista Daniela Rivero supo ser un complemento ideal para la fluidez y la sutileza del movimiento.
Evidentes problemas organizativos atentaron contra un mayor lucimiento del espectáculo, el equipo técnico del Teatro Nacional y de la compañía anfitriona necesitan coordinarse mejor para las numerosas funciones que quedan.
A modo de cierre de la gala, el BNC protagonizó el estreno mundial de El peso del instante, del coreógrafo sueco Pontus Lidberg, a partir de música creada y tocada en vivo por el extraordinario pianista y compositor cubano Aldo López Gavilán.
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