Al intervenir durante un encuentro del Consejo de Seguridad, el titular del organismo llamó a la acción para frenar la «pesadilla de violencia, con miles de civiles muertos» mientras la población enfrenta atrocidades indescriptibles, incluidas violaciones y agresiones sexuales generalizadas.
«En los últimos días, hemos escuchado informes espeluznantes de asesinatos en masa y violencia sexual en aldeas del estado de Aj Jazirah, en el este del país», dijo.
De acuerdo con cifras divulgadas por el veterano diplomático, más de 750 mil sudaneses podrían padecer una inseguridad alimentaria catastrófica mientras las condiciones de hambruna se apoderan de los asentamientos de desplazados en Darfur septentrional y otros millones luchan por alimentarse todos los días.
El país, agregó, enfrenta una pesadilla de enfermedades como el cólera, la malaria, el dengue, el sarampión y la rubéola. A la par, la infraestructura está colapsada, con sistemas de salud vitales, redes de transporte, sistemas de agua y saneamiento, rutas de suministro y producción agrícola paralizados.
Sudán sufre la mayor crisis de desplazamiento del mundo, con más de 11 millones de personas huyendo desde abril del año pasado, incluidos casi tres millones que han cruzado a los países vecinos.
Igualmente padece el impacto del clima extremo, con casi 600 mil personas afectadas por fuertes lluvias e inundaciones este verano y la violencia étnica masiva ha llevado una dramática escalada de los combates en El Fasher, subrayó.
El máximo responsable de Naciones Unidas demandó acción del Consejo para reclamar el fin a los combates y apoyar las negociaciones mientras las partes intensifican la acción militar.
«Nos enfrentamos a la grave posibilidad de que el conflicto provoque inestabilidad regional desde el Sahel hasta el Cuerno de África y el Mar Rojo», alertó.
Otras cifras de Naciones Unidas estiman que casi 25 millones de personas en la nación necesitan asistencia a causa de la grave crisis humanitaria y cerca de 13 millones enfrentan inseguridad alimentaria aguda.
Ese contexto resulta especialmente preocupantes para los 3,7 millones de niños menores de cinco años que sufren desnutrición aguda grave.
A juicio de expertos, sin intervención médica inmediata, los menores corren un riesgo mucho mayor de muerte por enfermedades prevenibles.
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