Con un talante y una energía que ignora el peso de sus 82 años, el legendario muchacho rockero de siempre deleitó durante más de dos horas a jóvenes y participantes de varias generaciones, con temas de Los Beatles, The Wing y de su etapa solista.
Jovial y chispeante, entró al escenario con un saludo en español con un peruanismo popular: “Hola, Perú. Buenas noches, causas (amigos). ¡Vamos a tener una fiesta!”, que intensificó el ensordecedor coro de aclamaciones, chillidos y aplausos de 40 mil fanáticos que le dieron la bienvenida.
Arrancó el concierto con “A Hard Day’s Night”, lo primero que se conoció de ellos en esta y otras tierras hace más de seis décadas e inauguró una nueva era de música que revolucionó el arte sonoro y que algunos consideran la infancia o la edad de piedra de los monstruos de Liverpool.
A lo largo del espectáculo, demostró su versatilidad como músico, al tocar, no solo su clásico bajo, sino también la guitarra, el piano, la mandolina y hasta el ukelele.
Rindió homenaje a tigres del rock de su generación y sobre todo a los beatles que ya partieron, John Lennon, con “Here Today”, y George Harrison, “Something”.
Además, estrenó en Lima “Now And Then”, la última canción de Los Beatles producida por inteligencia artificial.
Hizo una gira por las diversas épocas de la banda y, en un rapto de entusiasmo, mostrándose feliz, lanzó un desafiante y atrevido grito popular peruano: “¡Arriba Perú, Caraj…!”. En otro momento, volvió al escenario con las banderas de Perú, Reino Unido, su país, y la multicolor de la diversidad sexual y su carisma siguió destellando, cuando vio un cartel entre el público que decía “Marry us, please” (Cásanos, por favor), enarbolado por una pareja, a la que invitó al escenario para la clásica pedida de mano, que celebró con su indeclinable cara de niño.
Cuando anunció que se acercaba el final, hizo otra vez gala de su simpatía, al lanzar otra frase con peruanismos “Ya me quito (Ya me voy), ¡Chaufa! (Chau)” y disparó su última ráfaga de canciones, que terminó con “The End”, coreada por el público.
Un cronista hizo una síntesis notable del concierto: “una noche mágica, nostálgica y vibrante”.
oda/mrs