Las nuevas tarifas, ahora con carácter definitivo, se sumarán al 10 por ciento estándar de la UE para la importación de automóviles; de tal forma, el porcentaje final llegará hasta 45,3 por ciento para algunos de los fabricantes en territorio del gigante asiático.
Alemania y otros países del bloque señalaron con antelación que la medida punitiva podría perjudicar a sus propias empresas dado los vínculos mercantiles y productivos existentes.
No obstante, el Ejecutivo comunitario confirmó un gravamen adicional del 35,3 por ciento para el fabricante chino SAIC y del 18,8 por ciento en el caso del grupo Geely, mientras fijó 17 por ciento para la firma BYD y una tasa del 7,8 por ciento para la compañía Tesla.
Además, avaló que impondrá un arancel del 20,7 por ciento al resto de empresas que hayan cooperado en la investigación de la UE sobre el tema, bajo el supuesto de ventajas desleales a favor de los productores de carros eléctricos en China y en contra de las normas del comercio internacional.
Desde julio pasado la UE introdujo la medida, pero con carácter provisional y era de esperar que las conversaciones condujeran a una solución negociada.
La reglamentación definitiva adoptada por el Ejecutivo del bloque entrará en vigor mañana, tras su publicación en el Diario Oficial de la UE.
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