Morrissey dirigió la trilogía de culto integrada por las películas “Flesh”, “Trash” y “Heat”, producidas por el padre del arte pop.
Referente de esa cultura neoyorquina en las décadas de 1960 y 1970, el artista murió debido a una neumonía mientras estaba hospitalizado, según informó el diario The New York Times.
Las tres películas mencionadas fueron protagonizadas por Joe Dallessandro, un actor emblemático de la cultura gay de la época, producidas por Warhol y se caracterizaron por su enfoque vanguardista y su representación de personajes marginales, incluidos, trabajadores sexuales, transexuales y personas con adicciones, añadió el medio estadounidense.
Pese a su enfoque vanguardista y transgresor, Morrissey se identificaba como muy conservador y ferviente católico.
Nacido en Manhattan el 23 de febrero de 1938, estudió literatura en la Universidad de Fordham en Nueva York y su encuentro con Warhol en 1965 marcó el inicio de una fructífera colaboración cinematográfica.
Se encargó de dirigir y coordinar las cintas experimentales de la Factory, como «My Hustler» (1965) y «Chelsea Girls» (1966) y en otras de ss incursiones colaboró con The Velvet Underground, la banda liderada por Lou Reed.
Rodó en Francia e Italia en 1974 los filmes «Carne para Frankenstein» y «Sangre para Drácula», también con Dallesandro y aunque formaban parte de su trabajo conjunto con Warhol, la producción estuvo a cargo de Carlo Ponti.
Combinaban en estas colaboraciones elementos de cine erótico y de terror de serie B y su vínculo artístico con Warhol terminó cuando este decidió centrarse en la pintura.
Morrissey continuó en la dirección de películas, pero se mantuvo alejado de las productoras de Hollywood buscando preservar su libertad creativa.
A mediados de los años 90 se unió al movimiento cinematográfico Dogma 95, influenciado por su estilo. Su filmografía se extendió hasta la década de 2000 con su última obra «News from Nowhere», lanzada en 2010.
En las últimas horas, las redes sociales se han llenado de fotos, carteles y videos que mostraban cómo era su estética cinematográfica.
Sus fans lamentaron la pérdida y varios artistas recordaron anécdotas junto al cineasta; también el Museo Andy Warhol de Pittsburgh, ciudad natal del icónico artista pop, expresó su profunda tristeza.
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