Luego de intensas tratativas, que ocuparon a las directivas de los clubes, el Ministerio del Interior y la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), el Centenario acogerá a unos mil 600 seguidores del equipo carioca, que están en camino.
Las negociaciones incluyeron la reclamación de Peñarol por la pronta liberación de 21 de sus seguidores que continúan presos en Río de Janeiro, acusados de episodios de violencia en la previa del juego de ida, que resultó goleada de 5-0 contra el equipo carbonero.
El director de la Policía Nacional, José Manuel Azambuya, expresó en conferencia de prensa que es “un partido de alta complejidad”, por lo que el Centenario “es un lugar que dará garantías para ambas parcialidades”.
En primera instancia el Ministerio del Interior dispuso que el juego se disputara en la casa de Peñarol, el Estadio Campeón del Siglo, sin barra de Botafogo.
Tal decisión provocó reacciones en contra el club brasileño y hasta amenaza de sanciones por la Conmebol.
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