Los predios que ahora gozan de esa declaratoria están ubicados en los municipios de Pradera (Valle del Cauca), Santa Isabel y Anzoátegui (Tolima), Apartadó (Antioquia) y Tarazá (en el Bajo Cauca antioqueño).
Según informó la cartera ministerial, los campesinos beneficiarios se comprometieron con la conservación de los ecosistemas, la lucha contra la deforestación y la protección de la biodiversidad mediante la consolidación de sistemas agroalimentarios sostenibles.
En total, de acuerdo con la fuente, se trata de más de 103 mil hectáreas de tierra las que conforman estas Zonas de Reserva Campesina, que favorecerán a más de cuatro mil familias de los mentados municipios.
La creación de estas Zonas constituye un hecho histórico no solo porque estas regiones sufrieron afectaciones a causa del conflicto armado, sino porque Colombia llega a un total de 18 de estos espacios en todo el país, de las cuales 11 fueron aprobadas en el actual Gobierno, añadió la institución.
A juicio de la ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Martha Carvajalino, la declaratoria realizada a estos predios son el fruto de la lucha del campesinado por reconocer sus territorialidades para la producción alimentaria, la consolidación de sistemas agrarios sostenibles y resilientes ante el cambio climático, y la construcción de paz.
Las Zonas de Reserva Campesina en Colombia tienen por objeto fomentar y estabilizar la economía en las zonas rurales, superar las causas de los conflictos sociales que las afecten y, en general, crear las condiciones para el logro de la paz, la justicia social en las áreas respectivas y dar impulso a la reforma agraria que se lleva a cabo.
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