«Rechazamos categóricamente cualquier acusación de que de alguna manera estamos interfiriendo en las elecciones en Moldavia. No lo hacemos», dijo Peskov este viernes ante la prensa.
El pasado 21 de octubre, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, declaró que Moscú fue acusada sin prueba alguna de injerencia en los asuntos internos de Moldavia y de intentar influir en la voluntad de los ciudadanos de la república.
Moldavia llevó a cabo el 20 de octubre la primera vuelta de las elecciones presidenciales y el polémico referendo en el que el sí se impuso por un estrecho margen del 0,9 por ciento (10 mil 564 votos).
Tras el recuento del 91 por ciento de los votos, más del 50 por ciento de los moldavos se pronunciaron en contra de unirse a la Unión Europea (UE). La presidenta actual de Moldavia y candidata al segundo mandato, Maia Sandu, comentó la situación como «un ataque sin precedentes contra la libertad y democracia».
Asimismo, afirmó que las autoridades moldavas tienen pruebas de que un grupo delictivo organizado intentó «comprar 300 mil votos electorales para comprometer el proceso democrático».
Tras el recuento del ciento por ciento de los votos, la Comisión Electoral Central anunció que el 50,46 de los ciudadanos de Moldavia apoyó en el referendo la integración del país en la UE y el 49,54 votó en contra.
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