Las puertas de los camposantos abrieron desde horas tempranas de la mañana para recibir a los familiares y amigos de los fallecidos, así como para todos aquellos que acompañan la idea de que la muerte es solo un paso a otra vida.
Como parte de los rituales, es común en la región de la sierra ver a las familias reunidas cerca de las lápidas mientras comparten alimentos, en particular la colada morada y la guagua de pan, dos platos que fusionan historia, tradiciones y sabores típicos de la gastronomía de esta nación.
Ampliamente comercializados por esta fecha conmemorativa, ambas recetas pasan de generación en generación y con algunas renovaciones se mantienen en el tiempo.
La guagua de pan está hecha de harina de trigo relleno de chocolate o alguna mermelada de fruta y con decoraciones externas asemeja un bebé o muñeco, como representación de los fallecidos.
La colada morada es una bebida espesa a base de frutos rojos y maíz morado que simboliza la sangre.
En la región de la costa son comunes procesiones por el mar en balsas decoradas con flores o llevan serenatas a los cementerios para recordar a sus familiares.
Los habitantes de la Amazonía, en cambio, realizan ferias gastronómicas cerca de los camposantos y las comunidades indígenas beben chicha de chonta y yuca, la cual es preparada con ocho días de anticipación para quienes asisten a los rituales fúnebres.
Desde el pasado jueves y hasta el lunes 4 de noviembre los ecuatorianos disfrutan de un largo feriado por la conmemoración del Día de los Difuntos y también por el aniversario 204 de la Independencia de Cuenca, jornada con la cual esperan reactivar la economía y el turismo pese a la crisis energética.
Las playas y otros destinos para disfrutar de la naturaleza han sido escogidos por muchos para estos días de asueto.
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